La ciudad conserva restos de las sucesivas murallas que rodeaban el centro y que fueron demolidas durante el siglo XV, visibles ahora por las “muurhuizen”, casas-muralla, hechas con adobe. Fuera de la ciudad vieja, se han desarrollado suburbios lineales a lo largo de las vías principales. Con el tiempo, el espacio entre éstas y la ciudad se ha llenado y la ciudad se extendió posteriormente más allá, pasando la autovía. Su centro sigue siendo la plaza Marktplein de Hof.