Pienza, Italia, Piazza Pio II

Situada en la cima de una colina en Toscana, Pienza primero se llamó Corsignano. El Papa Pío II amaba su ciudad natal y quería convertirlo en el modelo de la ciudad ideal. Contrata para ello al arquitecto Bernardo Rossellino para este propósito y se involucra directamente en su planificación. Influenciado por los textos de Alberti, Pius planea construir una ciudad uniforme y autosuficiente en torno a una plaza central, en el sentido de que todas las necesidades de los habitantes estén completamente cubiertas entre sus muros. Sin embargo, muere en 1462 por lo que el plan de urbanismo de la ciudad, que toma su nombre, se detiene con tan sólo 40 edificios erigidos. En el corazón de la “ciudad ideal”. El arquitecto Bernardo Rossellino había colocado una plaza trapezoidal, un primer intento de renovación urbana del período posclásico. El espacio no es grande, pero la forma y el dibujo del pavimento crean la ilusión de dimensiones más grandes. Todo fue calculado cuidadosamente y la edificación de la iglesia tuvo en cuenta el movimiento solar. Inspirado por las catedrales invadidas por la luz natural de Austria, el Papa exigió – excepcionalmente-  que la iglesia no respetara la alineación tradicional oeste-este, sino que se colocara de manera que el sol entrara por las ventanas desde el sur. La iglesia está alineada con la cima del Monte Amiata, un volcán ya extinto pero imponente. Las ventanas meridionales de la iglesia permiten la vista de este pico en el horizonte, sin embargo éste no es visible desde la plaza. Esto trae consigo un interesante cambio de percepción para el observador: el interior de la iglesia crea una sensación de espacio abierto al paisaje, mientras que la plaza deja muy poco acceso a la abundante naturaleza circundante, creando más bien la sensación de un espacio interior.